Es conocido el papel fundamental que juega la innovación y el desarrollo en la industria agroalimentaria y en las industrias en general.
Una de las estrategias importantes a nivel empresarial consiste y se centra en emprender mediante la innovación de nuevos productos, sabores y envases frente a los competidores, con el valor añadido de ofrecer a las empresas la reducción en los costes de producción. Una concomitancia recíproca de beneficios, en el que el sector de la innovación en la industria agroalimentaria trata de emprender y mejorar su relación con el trabajo y esfuerzo diarios.
La innovación supone, en la actualidad, uno de los factores indispensables para ser competitivos en el mundo empresarial. Los operadores del sector se hallan constantemente en busca de productos que conecten con las crecientes necesidades del mercado. Las industrias alimentarias están buscando continuamente la manera de sorprender, atraer, enganchar y llamar la atención sobre sus productos. Para ello, una de sus principales armas reside en la investigación, desarrollo e innovación. Se buscan sabores que nunca antes se habían imaginado, envases futuristas, nuevos ingredientes para el mantenimiento de la salud y el bienestar, nuevas texturas, etc.
En un mercado cambiante, marcado por el envejecimiento de la población, la proliferación de hogares unipersonales y la inmigración, el consumidor demanda, cada vez más, alimentos "cómodos" o fáciles de preparar, ligeramente procesados, sabrosos, saludables, seguros, de conservación más prolongada, lo más naturales posible y a un precio competitivo. Por lo tanto, la innovación no consiste únicamente en la incorporación de tecnología, sino que ha de ir más allá, debe ayudar a prever las necesidades de los mercados y a detectar los nuevos productos, procesos y servicios de mayor calidad, generando nuevas prestaciones con el menor coste posible. Es decir, adelantarse a las necesidades del consumidor y las demandas del mercado. La innovación hace necesaria la reacción ante los cambios que impone el mercado globalizado y, para que una empresa sea más competitiva y tenga la posibilidad de crear más riqueza y empleo, es necesario este compromiso con la innovación y las nuevas tecnologías.
Los principales beneficios de esta innovación se traducen en una mejora de la calidad, un incremento de la capacidad de producción, reducción de costes y un incremento de la gama de productos, lo cual da una fuerza competitiva mucho mayor.
El reto de la empresa actual es innovar de forma continuada. Para ello, deberá conseguir que la innovación sea un proceso más de la empresa, un proceso sistemático, susceptible de ser observado, medido y mejorado; en definitiva, gestionado. Para ello, es necesario establecer una metodología de trabajo eficaz y planificada y así poder gestionar las herramientas y los proyectos de I+D+i.
Las empresas que sean capaces de hacer coexistir de forma armónica, ágil y rápida las actividades del día a día con las actividades de los proyectos de I+D+i tendrán más posibilidades de éxito en el mercado globalizado y competitivo actual.
Concluyendo, los procesos de innovación y desarrollo tanto en la industria agraria como alimentaria y como no, en la industria en general, se esfuerzan en un carácter procesal y de producto y la reducción en costes. Sea como fuere, la innovación queda al servicio de la empresa con el único objetivo de ser el medio para el incremento de la facturación y los beneficios, quedando por asumido que las empresas que prosperen en este aspecto (independientemente del sector al que pertenezcan), progresaran de manera equidistante en mejora de sus procesos y a medio-largo plazo, todo ello se traducirá en beneficios, ya sean económicos, mejora de la imagen externa, mejora del ambiente de trabajo, mejora del rendimiento de los equipos y los proyectos, en definitiva, la base del crecimiento del sector empresarial.
Para ello se necesitan buenos y concienciados gestores, que sean capaces de crear una cultura de la innovación en el sector y con ello, trasladar al sector empresarial las necesidades y oportunidades que se generan cuando se apuesta por la innovación como pilar esencial del plan estratégico de cualquier empresa.
Dr. José María Fernández Ginés. Director de Innofood I+D+I SL