En el entorno actual, las cadenas de suministro globales enfrentan desafíos significativos debido a las cambiantes condiciones geopolíticas y medioambientales.
En este artículo, Margarita Enríquez, profesora del Máster Universitario en Logística y Dirección Operaciones en ENAE Business School, repasa algunos de esos sucesos transcendentales y destaca cómo estos factores influyen en la logística internacional.
El panorama geopolítico ha sido un factor determinante en la disrupción de las cadenas de suministro. Tensiones comerciales, conflictos bélicos y la inestabilidad política en regiones clave han generado retrasos, encarecimiento de los fletes y escasez de productos. A continuación, algunos de los ejemplos más importantes:
La guerra comercial entre Estados Unidos y China alteró profundamente los flujos comerciales internacionales, obligando a las empresas a buscar alternativas para evitar aranceles y costos adicionales. Esto generó una reconfiguración de las rutas logísticas globales.
En 2023, la crisis en el Mar Rojo puso a prueba la resiliencia de las cadenas de suministro globales. La inestabilidad en la región debido a conflictos armados afectó una de las principales rutas comerciales. Se estima que el 10% del comercio mundial pasa por esta vía marítima, lo que provocó retrasos significativos y un incremento en los costos de transporte.
El cierre temporal del Estrecho de Bab el-Mandeb, por donde transitan aproximadamente 6.2 millones de barriles de petróleo diarios, elevó el precio del crudo y afectó a diversas industrias dependientes de esta materia prima.
La pandemia del COVID-19 representó uno de los mayores desafíos logísticos recientes. Según McKinsey, las cadenas de suministro globales experimentaron una disrupción del 75% durante los primeros meses de la pandemia. La OMC informó que el comercio global cayó un 5.3% en 2020, mientras que los tiempos de entrega en sectores como la tecnología y la automoción se incrementaron en un 200%.
Los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes debido al cambio climático, generan interrupciones significativas en el transporte de mercancías. Inundaciones, tormentas y olas de calor afectan las rutas de transporte, incrementan los costos operativos y aumentan los tiempos de entrega.
Ante estos desafíos, Margarita Enríquez sugiere que las empresas adopten prácticas más sostenibles, como la implementación de rutas logísticas alternativas y el uso de tecnologías verdes. Muchas empresas están invirtiendo en sistemas de predicción climática y en soluciones de transporte menos dependientes de combustibles fósiles para mitigar los impactos ambientales y asegurar la continuidad de sus operaciones.
La logística global enfrenta retos complejos derivados de factores geopolíticos y medioambientales. La adopción de tecnologías sostenibles y la reconfiguración de las rutas logísticas serán clave para las empresas que buscan mantenerse competitivas en un entorno tan incierto.