El 9 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Agricultura y, desde ENAE, nos sumamos al homenaje que se rinde a esta actividad, con más de diez mil años de antigüedad, y a quienes dedican su vida al cultivo de la tierra para dar alimento a una sociedad que va en aumento cada año.
Como bien sabemos el territorio español es uno de los más destacados de la Unión Europea en términos de agricultura, especialmente por su extensa superficie, sus numerosas exportaciones, la gran variedad de productos o su volumen de producción.
Sin embargo, en los últimos años este sector clave para nuestra economía se ha enfrentado a diversos desafíos como crisis económicas, la reciente crisis sanitaria del Covid-19, los problemas derivados de la guerra en Ucrania o, el mayor desafío de todos, el cambio climático. El futuro del sector agroalimentario pasa por la innovación si quiere sobrevivir, ser más competitivo y desarrollarse de forma sostenible en un mundo cada vez más amenazado.
Jesús Gambín, director de Relaciones Internacionales de ENAE Business School y profesor del Máster Universitario en Dirección de Agronegocios que imparte la escuela, destaca dos factores clave a tener en cuenta para el futuro del sector: la necesidad de aportar a los productos agroalimentarios mayor valor añadido y aplicar todas las tecnologías disponibles, como el Big Data, la inteligencia artificial y la robótica, para paliar los efectos del cambio climático. “Debemos tener recursos humanos que sepan aplicar esas tecnologías y que sean capaces de reducir la huella de carbono y conseguir una mayor eficiencia en energías renovables”, afirma Gambín.
Los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran la importancia del sector primario para nuestra economía. En 2021, el sector agroalimentario, incluyendo la distribución, aportó casi 100.000 millones de euros a la economía española, lo que supone el 9,2 % del valor añadido bruto, y generó 2,3 millones de empleos, el 11,5 % del total nacional.
Las exportaciones del sector crecieron un 11,6 % y alcanzaron un nuevo máximo histórico de 61.646 millones de euros en 2021. España se convierte en la cuarta economía exportadora del sector agroalimentario de la UE-27 y aporta el 10,5 % del total de exportaciones europeas. Por subsectores, el sector primario español es líder europeo en la producción de carne de porcino, aceite de oliva, cítricos (naranjas, limones y mandarinas). Además, representa el 21% de la producción total de vegetales y frutas frescos en la UE, como así destaca el Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo (Informe 2021).
En cuanto a la productividad de la agricultura española, ésta es cerca de un 40% superior a la media de la Unión Europea, lo que unido a que sus costes labores por unidad de producto es inferior en un 29% a los países del entorno, la competitividad es muy superior a la agricultura de los vecinos europeos y por encima también de otros sectores económicos.
A nivel de empleabilidad, España es el sexto país que más empleo aporta al sector agroalimentario de la UE-27 con 2,3 millones de puestos de trabajo, lo que supone un 10,3%.
El gran reto de la agricultura lo plantea la falta de recursos hídricos. Con una pluviometría inferior a otros países europeos, la agricultura y la ganadería españolas precisan del 85% del consumo de agua en España según datos del “Informe Anual de Indicadores: Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente” del Ministerio de Medio Ambiente.
Esta situación se ha agudizado en 2022, un año complicado en el que agricultores y ganaderos se enfrentan a una de las sequías más graves de la última década, llegando a convertirse agosto en el mes con menos agua embalsada del milenio. La falta de lluvias, un 26% por debajo de los valores normales, ha llevado a cortar el suministro de agua en cientos de municipios en regiones como Cataluña o Galicia, restricciones que afectan de forma directa al sector primario.
En estos momentos los agricultores se ven obligados a emprender cambios en la producción ante el futuro incierto que está atravesando nuestro país como consecuencia del cambio climático. Los que mayores pérdidas están registrando son los agricultores de secano, que irrigan el campo solo con agua de lluvia y para los que los daños ya son parcialmente irreversibles, en especial en las cosechas de cereales como el trigo, la cebada, el centeno o la avena.
Ahora, con la sequía, los precios podrían aumentar incluso más. Un factor que se suma a la tormenta perfecta que está provocando la escalada de los precios como consecuencia del aumento de los costes de producción ante el encarecimiento de la energía y el impacto del conflicto bélico en Ucrania, que afecta de forma directa al precio de piensos y fertilizantes.
La agricultura en la Región de Murcia representa un sector estratégico en la economía, siendo un referente mundial en la producción y comercialización en frutas y hortalizas. La inversión en la modernización de las explotaciones mediante la investigación y la innovación ha sido y es uno de sus principales motores. En este sentido, la Región de Murcia es pionera en la gestión integrada de los diferentes recursos hídricos, incluyendo las aguas recuperadas y desaladas.
Para afrontar estos desafíos y apostar por su desarrollo de futuro, es preciso una sofisticación empresarial: “Hay que cambiar la mentalidad de solicitar recursos físicos frente a necesidad de incorporar intangibles y alineamiento con los recursos disponibles”, apunta el experto.
Ante esta situación, el Máster Universitario en Dirección de Agronegocios de ENAE se convierte en un programa de referencia para aquellos profesionales que quiera marcar la diferencia en un sector estratégico para la economía de nuestro país. Una formación orientada a aportar valor a toda la cadena de producción del sector agroalimentario, así como a incorporar nuevas tecnologías y adquirir la visión y proyección internacional en materia de agricultura e industria agroalimentaria necesaria para optimizar el crecimiento empresarial en un entorno altamente competitivo.
“Tenemos la materia prima y tejido empresarial para ser líderes mundiales, solo hace falta profesionales dinámicos con ganas de generar valor de los intangibles que disponemos y sobre todo que podemos generar. En eso consiste el máster y su importancia”, apunta Gambín.