Seleccionar trabajadores, formarlos, crear equipos, en definitiva gestionar personas es uno de los principales retos a los que se enfrenta una empresa. Más aún si es una compañía de nueva creación o aquella con suficiente antigüedad como para haber asumido malos hábitos. En cualquiera de ambos supuestos la dirección de Recursos Humanos se hace indispensable.
Lo que siempre se denominó Jefe de Personal ha tomado un nuevo enfoque al ampliarse las competencias de estos profesionales que deberán asumir no solo todo lo relacionado con las relaciones laborales, sino la salud y la seguridad, la formación, el seguimiento de la eficacia del trabajador, velar por que no se produzcan casos de discriminación, la RSC y hasta procurar atender los problemas personales de los empleados para que estos no afecten a la producción y al conjunto de la organización…
La dirección de Recursos Humanos (RRHH) debe recaer en quien realmente cuente con capacidades de liderazgo y formación para captar y retener talento. En la mayoría de las ocasiones será el nexo de unión entre el conjunto de la plantilla y la gerencia o la propiedad de la empresa, por lo que sobre su puesto recae una gran responsabilidad.
Los trabajadores son el pilar básico de cualquier empresa, su principal activo para optimizar la producción, crecer o consolidarse. Una compañía sin trabajadores no es nada. Y por su condición de personas, que no de máquinas, deben sentirse valorados para obtener de ellos el mayor de los compromisos con la empresa y pasión por su trabajo.
En la gestión de los recursos humanos es fundamental hacer que el empleado se sienta cómodo, ya que en caso contrario bajará la calidad y mermará la producción. Los directores de RRHH saben que no se trata únicamente de incentivar salarialmente a los trabajadores, sino de aplicar lo que se denomina ‘salario emocional’: facilitar a los empleados beneficios no económicos que les hagan sentirse cómodos dentro de la empresa.
La motivación de los equipos de una empresa es una de las muchas funciones que desempeñan los directores de recursos humanos, pero no la única.
1.) En primer lugar la planificación del personal necesario para los distintos departamentos de la organización: producción, administración, innovación, marketing, comercial, comunicación, etcétera. Junto con la gerencia de la empresa debe diseñar el organigrama, definir las funciones de cada trabajador valorando que no haya sobrecostes para la empresa, pero tampoco sobrecarga de trabajo en el personal.
2.) Una vez establecido el organigrama realizará el reclutamiento del personal más adecuado para cada función. En este sentido, la recepción de currículum o recurrir a cazatalentos no será suficiente. Los currículum son un primer contacto entre el trabajador y la empresa, destacará la experiencia y formación de los futuros empleados pero no será suficiente para su selección si no procede a una entrevista personal para evaluar otras cuestiones más subjetivas que no recogen el CV, como es la actitud del candidato o el grado de implicación que puede obtenerse de él, las aptitudes y otras capacidades.
Los procesos de selección del personal son el primer elemento que puede determinar el futuro de la empresa.
Antes de estos procesos ya se habrán establecido las condiciones laborales de los trabajadores: salarios, horarios, permisos…
3.) En escasas ocasiones un trabajador recién incorporado a la empresa, más aún cuando esta es de nueva creación, sabe con exactitud cuál es la forma de trabajo o qué se pretende de él. La formación de los trabajadores también recaerá sobre el jefe de personal. Lo hará personalmente, a través de empresas de formación o recurriendo a los trabajadores sénior para que formen a los más nuevos.
La formación en una empresa es un proceso continuo. Por eso el director de RRHH programará la formación futura para que todo el personal tenga los conocimientos adaptados a los nuevos procesos de producción y necesidades de la organización.
4.) Diseñada la plantilla, seleccionado el personal y formado, el responsable de los recursos humanos deberá contar con un programa de objetivos y un sistema que le permita hacer un seguimiento y evaluar los desempeños de los trabajadores.
También instaurará un sistema de evaluación de la satisfacción laboral.
5.) La administración del personal en su conjunto también es competencia del departamento de RRHH: contratos, nóminas, Seguridad Social… Llevará el registro de empleados.
6.) La prevención de la salud y de los riesgos laborales es una faceta sometida a una constante inspección. El responsable de recursos humanos deberá velar por que se implementen las medidas de protección y de prevención.
7.) Como parte del staff directivo de la empresa, junto a la gerencia atenderá las relaciones laborales siendo el interlocutor ante el comité de empresa, los enlaces sindicales o los delegados de personal.
Otros cometidos no siempre propios de este departamento, pero que sí se le adjudican son los programas de Responsabilidad Social Corporativa, los planes de promoción profesional o la gestión de vacaciones y bajas laborales.
Como puede apreciarse, un director de RRHH no es una figura decorativa en el organigrama de la empresa, sino que asume unas responsabilidades fundamentales para el éxito de la compañía.
Además de una formación y preparación adecuada, los profesionales que asumen la gestión de personal deben contar con habilidades que les conviertan en líderes dentro de la organización:
No existe una única vía de acceso a la dirección de Recursos Humanos, pero sí es conveniente una formación previa relacionada con el mundo de la empresa y una posterior formación específica.
Estos son algunos de los estudios más comunes entre estos profesionales:
En cuanto a la formación de postgrado, los más demandados son:
Además de lo señalado, la formación continua es imprescindible también para estos profesionales, por lo que conviene complementar sus capacidades a través de cursos más específicos en función de la especialización que se requiera.
El abanico en la remuneración que perciben los directores de recursos humanos es amplio en función de la experiencia y, sobre todo, del tamaño y el sector en la empresa.
Las fuentes consultadas señalan que el salario medio se sitúa en torno a los 30.000, pero puede llegar a superar los 90.000 en las compañías de mayor tamaño.