Fue en 1987, hace apenas 33 años, cuando el empresario Herb Schmertz, vicepresidente de la petrolera Mobil, y el escritor William Novak publicaron ‘El silencio no es rentable: el empresario frente a los medios de comunicación’, aquello marcó un hito en el mundo de la empresa. Las compañías comenzaron a valorar la importancia de abrirse a la sociedad a través de los medios de comunicación. “El silencio no es rentable” fue una reflexión económica paralela a: “Lo que no se comunica, no existe”.
Evidentemente Schmertz y Novak no llegaron siquiera plantearse que las formas de acceder al público objetivo iba a cambiar sustancialmente con la aparición de las redes sociales quince años después. Linkedin, la primera gran red, surgió en 2002 tras un primer fracaso como SocialNet. Le siguió dos años después Facebook y otros dos años más tarde Twitter.
Solo estas tres redes sociales acumulan por encima de los 3.400 millones de usuarios en todo el mundo. Y si se sumaran los otros dos ‘monstruos’ de las redes (Youtube e Instagram), el número de cuentas supera los 6.400 millones.
Las empresas no son ajenas a este fenómeno relativamente reciente aunque hoy creamos que las redes sociales nos han acompañado toda la vida.
Es el especialista en marketing que surgió de la necesidad de gestionar las redes sociales y de crear contenidos para las mismas, siendo estas funciones el germen de esta figura actualmente indispensable en el organigrama de las compañías: el Community Manager.
Posiblemente en un primer momento, cualquiera que pudiera manejarse en Facebook o Twitter era nuestro gestor. En este momento, de su especialización y conocimientos dependen tanto nuestra reputación como gran parte de las ventas, pues en sus manos está la administración de nuestra marca ante un público potencial de millones de compradores.
Al igual que no dejaríamos nuestra cadena de producción en las manos de un niño aficionado a los Lego, la empresa no podría permitirse dejar la responsabilidad de las redes sociales en quien no demostrara maestría como community manager.
La responsabilidad del Community Manager, además de cómo se ha indicado de gestionar y aportar contenidos, deberá también interactuar con la comunidad de seguidores y ser capaz, asimismo, de analizar el rendimiento de su trabajo.
Su figura va muchas veces vinculada a la del Social Media Manager, y aunque ambas lleven una trayectoria relativamente paralela, el Social Media Manager crea la estrategia y el Community Manager la desarrolla aplicando herramientas y habilidades personales que requieren de formación y preparación.
El community manager también deberá contar con cualidades personales que marcarán su grado de profesionalidad. La empatía o capacidad para situarse y comprender las actitudes de la comunidad de seguidores es una de ellas. Debe, al mismo tiempo, caracterizarse por ejercer la escucha activa o, lo que es lo mismo, recibir en cada momento la respuesta de esta comunidad y variar los rumbos de sus mensajes si ello lo requiere. De ambas capacidades dependerá el efecto de la campaña en redes.
Sus aptitudes comunicativas deben estar fuera de toda duda. Sus mensajes van a ser seguidos por miles de personas y analizados al detalle por las firmas de la competencia. Un error, una impertinencia, una respuesta airada o un mensaje contradictorio puede mermar o directamente acabar con la reputación de la marca a la que representa. Así, que la responsabilidad es máxima para este tipo de profesionales.
Las experiencias en medios, marketing y publicidad son importantes, pero no suficientes. Ha de conocer las nuevas realidades de las comunidades virtuales y de todo lo que representa internet como medio de comunicación, así como las relaciones de éste con los clientes.
Debe conocer también conceptos de marketing digital y manejar las herramientas de comunicación para las comunidades virtuales, al igual que aquellas otras que le permitirán gestionar audiencias y medir los resultados. Y muy importante, dentro de la empresa debe contar con un amplio conocimiento de la misma para ser capaz de afrontar las situaciones de crisis de comunicación que pudieran plantearse.
Estos conocimientos no pueden obtenerse sabiendo solo ‘manejarse’ en Facebook o Twitter. La formación especializada se obtiene mediante una preparación continua en cursos y máster.
El pasado día 25, coincidiendo con el cuarto lunes de enero, se celebró el Día Internacional del Community Manager, una profesión en auge en el mundo empresarial y cada día con un mayor reconocimiento laboral y salarial.
En este sentido, las ofertas de trabajo de community manager en los dos últimos años ofrecían una remuneraciones entre los 25.000 y los 45.000 euros en función de la economía y el volumen de la empresa. Pero también existe el community manager externo o freelance, quien marcará sus propias tarifas por los servicios para los que sea contratado.