Son diversos los comentarios que señalan a las exportaciones netas (valor de las exportaciones menos valor de las importaciones), como el factor principal que puede inducir la mayor actividad económica y ser la base de la salida de la doble recesión experimentada entre 2009-2013. Cuando se hace referencia a las exportaciones e importaciones se señalan las realizadas en productos (bienes alimenticios, industriales, etc.) y en servicios, (turismo, servicios de transporte, etc.). Ambas constituyen la balanza de bienes y servicios. La contribución al crecimiento del PIB entre 2010-2013 de las exportaciones netas es del orden de un 1,8%.
El saldo neto de las exportaciones menos las importaciones ha sido negativo e importante en los años 2006-2011, por lo que ha tenido una contribución negativa al crecimiento del PIB. Este hecho se ha debido a varias razones que están en el origen de la doble y profunda recesión que ha experimentado la economía española entre 2009-2013. La elevada demanda interna es debida, por una parte, al elevado gasto realizado por la familias, no solo mediante su renta disponible, sino también con el endeudamiento adquirido, mediante el cual algunas han comprometido una parte muy elevada de sus ingresos en los próximos 20 años. Y, por otra, por las elevadas inversiones que han realizado las empresas no financieras, que ha supuesto también un alto endeudamiento, inversión que algunas la han realizado en la construcción, existiendo un parque de viviendas que no es productivo al menos a corto plazo y cuyos gastos hay que amortizar. ¿Y cómo se ha financiado este elevadísimo gasto? Una parte importante con préstamos que hemos recibido del exterior y que hay que devolver. ¿Cuál es la razón principal por la que hemos exportado tan poco e importado tanto? La productividad, ya que los productos importados o no se producen en España o son más baratos.
Hay que señalar que el actual saldo neto positivo de las exportaciones (exportaciones menos importaciones) de 2010 a 2013 se debe tanto al crecimiento de las exportaciones como a la disminución de las importaciones, y hay años que la disminución de las importaciones contribuye en mayor medida al saldo neto que el aumento de las exportaciones. Para conocer en mayor profundidad la contribución de las exportaciones a la demanda interna hay que tener en cuenta que los productos exportados tiene un componente de productos importados y es muy importante el valor añadido por la empresa nacional al producto exportado, porque no es lo mismo que aporte el 70% que el 30% del valor. Conocer el valor añadido supone conocer mejor el valor de la exportación.
La disminución de las importaciones procede de la caída experimentada por el consumo e inversión interna o bien por la demanda interna. El aumento de las exportaciones se debe, primero a un aumento del comercio internacional y de las importaciones de los países a los que se exporta, segundo, al aumento de la exportación de las empresas que suelen exportar, así como de las empresas que empiezan a exportar ante la caída del mercado nacional y, tercero, a la mejora de la productividad obtenida por las empresas exportadoras como consecuencia de la disminución de los costes laborales, que las convierte en más competitivas. La reducción de los costes laborales y la mejora en los márgenes comerciales impulsan el aumento de producción y una asignación de recursos (capital y trabajo) a estas empresas.
Un hecho a destacar es que las empresas exportadoras que lo hacen de forma estable tienen mayor productividad que las empresas que no exportan y, por lo tanto, mayor competitividad. Así mismo, demuestran tener un modelo de negocio actualizado. El tamaño de las empresas también influye de forma notable en la capacidad exportadora y se observa que un porcentaje del 27% de las empresas que exportan lo hacen en un 85% del total exportado. Es decir, las empresas medianas y grandes tiene más capacidad para competir en los mercados internacionales y son más productivas que las pequeñas. También se constata que en los sectores en que las empresas exportan más de un 30 de la producción es donde se crea más empleo.
Las exportaciones son las que tienen que ser el detonante del crecimiento del PIB, influyendo en el posterior aumento de la inversión y del consumo. Es cierto que el saldo neto de las exportaciones hasta ahora lo está haciendo muy bien, pero en este saldo neto ha tenido más importancia la disminución de las importaciones que el aumento de las exportaciones. Se desea que esta situación continúe, pero nada lo asegura. Hay cuestiones que pueden empañar este hecho: primero, las exportaciones contienen materias primas o bienes intermedios importados, por lo que conforme suban tirarán de las importaciones. Segundo, la participación del saldo neto de las exportaciones en el PIB es reducida. Tercero, ¿las empresas que se han incorporado a la exportación seguirán haciéndolo si el mercado nacional incrementa su demanda?. Cuarto, ¿el euro seguirá con el actual tipo de cambio o se apreciará con respecto a otras monedas, como el dólar, por ejemplo?.
Puede existir un optimismo exagerado sobre la contribución futura de las exportaciones al crecimiento económico, cuando lo tradicional en España es que cuando se produce dicho crecimiento económico las exportaciones continúan en niveles semejantes y suben de forma notable las importaciones, por lo que el saldo neto pasa ser negativo. Este modelo tradicional no puede volver a repetirse.