La Unión Europea está dispuesta a ‘regar’ a los Veintisiete países que la conforman con 750.000 millones de euros en los tres próximos años. Se trata de la mayor inyección de fondos de la Unión desde su creación. El objetivo es la recuperación económica tras un año de ‘guerra’ contra el coronavirus y una ‘posguerra’ no menos difícil económicamente.
Se trata de los fondos Next Generation (NGEU, Próxima Generación) que se adelantarán de los 1,8 billones de euros que la Comisión preveía aplicar a las economías europeas entre 2021 y 2027. La pandemia de la Covid-19 aconsejó adelantar al trienio 2021-2023 prácticamente la mitad de las ayudas.
Sin embargo, no será lluvia del cielo, los fondos tendrán destino finalista hacia proyectos de economía “verde, digital e inclusiva”. El anuncio de los 140.000 primeros millones que recibirá España tienen aún un futuro lleno de incertidumbre. De un lado, puede provocar sobreendeudamento, pues solo la mitad irán a fondo perdido, y la otra mitad serán préstamos. El segundo temor es que este reparto beneficie mayoritariamente a las grandes empresas; y en tercer lugar, según los analistas, que no se dirijan hacia corregir los efectos de la pandemia sino que se conviertan en un lavado de la ‘cara verde’ que nos reclama Europa (Greenwashing).
Lo que sí es evidente es que lo ‘verde’ no va estar a un lado y que las empresas y administraciones que pugnen por estos fondos deben contar con que su inversión debe dirigirse hacia una economía sostenible y que defienda el medio ambiente.
La UE ya había fijado lo que sería la European Green Deal (Pacto Verde Europeo), un ambicioso programa que debía extenderse hasta el año 2050 que se dividía en diez áreas, de las cuales ocho son temáticas y dos horizontales.
1. Aumento de la ambición climática: desafíos intersectoriales
2. Energía limpia, asequible y segura
3. Industria para una economía limpia y circular
4. Edificios eficientes en energía y recursos
5. Movilidad sostenible e inteligente
6. De la granja a la bifurcación
7. Restauración de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas
8. Contaminación cero, ambiente libre de tóxicos
1. Reforzar los conocimientos en apoyo del Acuerdo Verde Europeo
2. Capacitar a los ciudadanos para la transición hacia una Europa climáticamente neutra y sostenible.
En el seno de las empresas, este ambicioso programa tiene una traducción a la que, aún difícil de asumir, deben caminar.
Un buen principio para las empresas es enfocar su modelo de producción hacia los objetivos que se marcaron los países de todo el mundo en la denominada Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible y sus 17 objetivos, herederos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y que no fueron conseguidos.
Estos nuevos objetivos presentaban la peculiaridad de instar a todos los países, instituciones y empresas, independientemente de cuáles fueras sus recursos, a adoptar medidas para promover la prosperidad al tiempo que protegen el planeta.
La lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente se situaban entonces al mismo nivel que aplicar medidas sociales como salud, educación y empleo.
Los ODS nunca han sido jurídicamente obligatorios y sin embargo la Unión Europea ha visto en ellos la oportunidad de exigir el compromiso de cumplirlos ante el reparto de ayudas económicas. La UE siempre consideró que los países que la integran debían recopilar datos fiables, accesibles y oportunos, y ahora deberán ser las empresas las que justifiquen en sus proyectos que los fondos comunitarios caminan hacia ese fin.
En este sentido, muchas empresas están trabajando en certificaciones sobre herramientas de gestión basadas en indicadores cuantitativos que permitan establecer puntos de partida base y marcar objetivos de mejora, permitiendo demostrar el compromiso con el cumplimiento de las normas medioambientales y otros objetivos sostenibles en su estrategia empresarial.
No solo la UE, sino la propia Organización de las Naciones Unidas contemplan que los ODS deben constituirse como una referencia en el desarrollo empresarial y no solo como mensaje de marketing.
Los fondos europeos para la recuperación de la crisis post Covid establecen esta premisa de demostrar que las empresas gestionan sus actividades bajo el respeto a la sostenibilidad y para ello los ODS se fijan como marco de referencia de dicho cumplimiento.
Huella hídrica, huella de carbono y huella ambiental serán tres conceptos de los que ya estamos comenzando a oír y serán más escuchados en los próximos meses,…
Es un indicador que marca la sostenibilidad del uso del agua dulce que incluye tanto el uso del agua directo de un consumidor o productor (por ejemplo, en hogares o en industrias), como su uso indirecto (cadenas de suministro).
Su evaluación se compone de cuatro fases distintas:
Según una de las principales consultorías del sector, Omawa Huella Ecológica, el objetivo es conocer el índice de sostenibilidad basado en el impacto generado, analizar la eficiencia de los procesos productivos y calcular los niveles de contaminación de una organización, producto o evento; y poder definir un plan de acción para mejorar la sostenibilidad.
Sus ventajas y beneficios son ayudar al desarrollo y mejora de productos y actividades, una planificación estratégica ; el desarrollo de políticas de sostenibilidad, identificar oportunidades de reducción efectivas en términos de costos, tener una gestión más eficiente del agua y mejorar en la calidad de los vertidos que se devuelven al medio. Además, permite una mayor optimización de los procesos propios reduciendo costes y por lo tanto, siendo una ayuda en la toma de decisiones para futuras inversiones; así como un posicionamiento de las empresas realzando el valor de la marca, y comprometiéndose con la responsabilidad social corporativa.
La Huella Ambiental (HAO) es una medida multicriterio del comportamiento ambiental de una organización o de los bienes y servicios que presta.
Dependiendo de ello se puede considerar que mide el comportamiento ambiental de una organización que proporciona bienes o servicios, con la perspectiva de todo el ciclo de vida. El objetivo general de HAO es reducir el impacto ambiental derivado de las actividades de las organizaciones, teniendo en cuenta las actividades del ciclo de vida completo.
Esta huella ambiental de los productos mide el comportamiento ambiental de un bien o servicio a lo largo de su ciclo de vida. El objetivo es tratar de reducir el impacto ambiental de los bienes y servicios teniendo en cuenta las actividades de la cadena de suministro, desde la extracción de las materias primas a la gestión de los residuos finales, pasando por la producción y el uso.
El objetivo de calcular la Huella Ambiental es realizar una evaluación comparativa y seguimiento del comportamiento en la empresa; el abastecimiento al menor coste ambiental, gestionando la www.enae.es/master/master-universitario-en-logistica-y-direccion-operaci...">https://www.enae.es/master/master-universitario-en-logistica-y-direccion...">cadena de suministro y las actividades de reducción de consumo de insumos.
Las ventajas de conocer esta Huella Ambiental son mejorar la gestión de riesgos ambientales asociados, la identificación de oportunidades de reducción efectivas en términos de costos; establecer metas, contabilizar y reportar su progreso y… el acceso a subvenciones.
Los beneficios de calcular la Huella Ambiental serían el ahorro de inversión mediante la minimización del consumo de recursos energéticos, o mediante la planificación de los procesos logísticos y de aprovisionamientos; minimizar los costes ambientales; el fortalecimiento de las relaciones entre empresas, sobre todo si ello supone oportunidades de ahorro en los costes; dar a conocer la huella ambiental de un producto o servicio, generar un compromiso por parte de los consumidores por la reducción de su propio impacto sobre el entorno al adquirirlo.
Posiblemente sea la más reconocida, y sirve para conocer los principales indicadores para medir el impacto o la marca que deja un individuo, organización, producto o evento sobre el planeta como consecuencia de su actividad cotidiana.
Se define como un recuento de la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI), emitidos por efecto directo o indirecto por un individuo, organización, evento o producto concreto, y expresados en unidades de dióxido de carbono equivalente (CO2 equivalente). Este análisis abarca todas las actividades del ciclo de vida de una organización, producto, evento (desde la adquisición de materias primas hasta su gestión como residuo).
Lo que se ha expuesto es una forma de cambiar la conciencia ambiental de las empresas y lawww.enae.es/master/master-mba-especializacion-transformacion-digital">https://www.enae.es/master/master-mba-especializacion-transformacion-dig..."> sociedad, y para ello se ha planteado una serie de propuestas que permitan a las empresas obtener un beneficio directo, y a la vez contribuir a la mejora del medio ambiente y la calidad de vida.