Esta crisis en la que nos hemos visto inmersos casi por sorpresa y sin previa planificación, está poniendo a prueba la resistencia de las empresas, de los consumidores y, en definitiva, de toda la cadena de valor del sector agroalimentario, que, a su vez, está jugando un papel esencial para evitar el desabastecimiento y lograr que todos los eslabones de la cadena sigan funcionando con toda la normalidad que el momento nos permite.
Por lo tanto, nos vamos encontrar con tres escenarios de juego diferentes:
1. Situación pre COVID-19
2. Situación durante COVID-19
3. Situación post COVID-19
Dado que, salvo algunos visionarios, la gran mayoría de los profesionales y expertos del sector, no hemos sido capaces de anticipar la llegada de la crisis y por lo tanto, esto nos ha obligado a llevar a cabo una labor de surfeo de la ola durante la misma, me voy a centrar principalmente en cómo este momento histórico que estamos viviendo va a influir en las dinámicas y costumbres de consumo y cómo ello afecta directamente al sector agroalimentario, donde la innovación y su gestión/planificación, ahora más que nunca, va a jugar un papel esencial.
Una de las primeras acciones que toda empresa del sector agroalimentario tendrá que hacer, una vez empecemos todos a ver la luz al final del túnel, será analizar, cuantificar y determinar cómo han afectado estos meses al consumo y a los hábitos de compra y a raíz de ello, volver a redefinir nuestro plan estratégico de innovación.
Desde mi punto de vista, creo que no me equivoco, si afirmo que esta crisis va a marcar un antes y un después en el sector agroalimentario y que ello, va a requerir que las empresas estén, más aún si cabe, preparadas para el cambio, la versatilidad y la adaptación en base a una cultura de la innovación muy arraigada, que nos conduzca a poder hacer frente a los nuevos retos de consumo que se nos presentan.
A modo de breve análisis de la situación que nos podemos encontrar en el post COVID-19 y analizando los diferentes datos que nos aportan informes elaborados, por ejemplo, por Monitor Deloitte y por IRI, y sumándoles una reflexión personal, se podrían sacar las siguientes conclusiones:
La evolución del mercado y los cambios que pueda sufrir el mismo, vendrán determinadas por la duración de la crisis o, por el tiempo que nos va a costar volver a la normalidad, que, por otro lado, no va a ser la normalidad conocida antes de la crisis, ni mucho menos. Por lo tanto, uno de los elementos críticos será conocer cuándo vamos a poder recuperar cierta normalidad social, de cara al sector turístico, así como al canal horeca, que nos permita recuperar ciertas pautas de consumo y demanda. La estimación es que haya un repunte del consumo de marcas locales o consumo interior, que, como consecuencia, pueden presentar una gran oportunidad para incorporar innovaciones de cara a productos que satisfagan nuevas formas de consumo, nuevos formatos y nuevas necesidades que surjan en estos canales y que puedan ser desarrolladas y lanzadas lo antes posible por parte de la industria agroalimentaria.
Una de las posibles consecuencias de la crisis, es que después de estos meses durante los cuales hemos comido en casa, hemos cocinado en casa, trabajado en casa, hemos comprado los alimentos necesarios para satisfacer la demanda del hogar (tanto de forma presencial u online), todo ello, se pudiera convertir en una vuelta al origen en versión 4.0, dándole un valor a la alimentación en el hogar que, según la dinámica precrisis, estaba decayendo. Todo ello, puede ser una consecuencia directa del cambio en nuestros hábitos sociales, nuestro deseo de seguir manteniendo la sensación de seguridad que quizás se vea reducida al volver a los locales con gran número de personas, aglomeraciones, espacios donde la ausencia de la distancia de seguridad pueda suponer un aspecto a tener en cuenta de cara a, durante un tiempo, preferir quedarse en casa y seguir con los hábitos de consumo y de seguridad mantenidos durante el confinamiento. Esto, por supuesto, supondrá un impulso al retail, frente al horeca, pero, sobre todo, se podría pensar que supondrá un gran impulso y consolidación del home delivery y la compra o pedido de comida online, que nos permita disfrutar de la comida de nuestro restaurante favorito, pero sin la tensión que nos podría generar estar en un lugar público y en contacto con otras personas. Este aspecto, que es algo que se empezaba a vislumbrar en el momento precrisis, puede ser una de los cambios que hayan venido para quedarse tras la crisis. Y aquí la innovación para el desarrollo de nuevos productos destinados a poder cocinar en casa de forma fácil, cómoda, evitando desperdicios, accesible, de forma saludable y no renunciando a los sabores y a las experiencias culinarias, podrían ser un área importante a tener en cuenta.
Otro de los factores a tener en cuenta, es que posiblemente, en el momento postcrisis, empecemos a dar valor a cosas que hasta ahora no habían tenido un gran peso. Las marcas tienen una importante oportunidad para empezar a ganar en valor, teniendo las oportunidades de ofrecer y dar a conocer sus productos de una forma diferente, adaptada a la situación, donde el consumidor se pueda ver identificado con lo que se le ofrece y cómo se le ofrece. Esto, que quizás viene ocasionado por tener que incorporar productos a la cesta de la compra, ya sea por ausencia de los lineales o por eliminación, que anteriormente no habríamos comprado, pudiendo ocasionar un aumento del conocimiento de nuestras marcas y con ello, una nueva oportunidad de entrar en canales que hasta ahora no se había podido acceder.
Por lo tanto, no nos queda otra que tener una visión de futuro, ser proactivos, dinámicos, no caer en la negatividad y el pesimismo. Tenemos las herramientas basadas en la innovación, conocemos las herramientas que nos puedan conducir a que nuestra innovación sea efectiva y se traduzca en incrementos de facturación, márgenes o cuotas de mercado. Preparémonos para los diferentes escenarios de recuperación. Seamos capaces de identificar los nuevos hábitos de consumo que se van a crear y llevémoslos a nuestra empresa, innovemos rápido y sin perder el foco. Ahora debemos utilizarlas y ponerlas en práctica para la sacar lo mejor de todos nosotros, tanto a nivel personal, como a nivel profesional.