¿Quién se ocupa de la estrategia en el desarrollo de un proyecto? ¿Y de la organización de las tareas? ¿Y del cumplimiento de las entregas? ¿Quién analiza los riesgos y resuelve los problemas? Obviamente, el Project Manager es el responsable de todas estas cuestiones relacionadas con la gestión de proyectos.
Ciertamente, el fin último del Jefe de Proyectos es superar todas las barreras hasta transformar una idea en un producto o servicio. Por lo tanto, entendemos que el proyecto es el mecanismo que se pone en marcha bajo la responsabilidad del gerente para convertir esos objetivos en realidades.
Podemos comparar a los expertos en dirección de proyectos con chefs de alta cocina: disponen de distintos ingredientes y de un equipo de profesionales que, a través de su desempeño, elaboraran un plato final. Así pues, cada alimento aporta su valor a un producto final que sería nuestro proyecto.
De esta forma, se genera una cadena de procesos relacionados y, en cada uno de ellos, obtenemos un resultado que será la entrada del siguiente. Siguiendo con la comparativa gastronómica, si queremos cocinar un bizcocho primero tenemos que añadir los huevos, luego el azúcar, después la harina…Cada paso da lugar al siguiente y nos acerca al resultado final.
Por lo tanto, para la ejecución de proyecto necesitamos tres “ingredientes” fundamentales:
No contar con un Project Manager aumenta las posibilidades de que no se cumplan los objetivos, haciendo perder tiempo y dinero a la empresa. No obstante, encontrar perfiles cualificados en la actualidad supone un reto para las organizaciones.
Como indican los informes del Project Management Institute (PMI), organización referente del sector, la demanda de Jefes de Proyectos cualificados es superior a la oferta del mercado. ¿Ves la oportunidad?
La formación académica en esta disciplina te permite adoptar una visión metodológica global donde ser capaz de valorar todas las cuestiones que influyen en un proyecto. De esta forma, conocerás la situación y podrás actuar priorizando las necesidades y optimizando los recursos disponibles.
Por lo tanto, cuando no se tiene una visión metodológica se ve el proyecto como si fuera una casa de frente. Solo se ve lo más inmediato: entramos y descubrimos el contenido de la primera habitación. Mientras avanzamos averiguamos qué ocurre y solucionamos las cosas según van apareciendo.
No hay una planificación y no se prioriza lo importante porque no sabemos qué hay más allá. Solo vemos puertas que conducen a otras habitaciones y así sucesivamente hasta encontrar la puerta de salida.
Sin embargo, un experto cualificado en la gestión de proyectos no procede así. Al formarte en esta área entenderás que debes elevarte para disponer de una visión completa de los retos para poder analizarlos y establecer un plan.
De esta forma, podrás diferenciarte de otros profesionales sin cualificación y cuyo posicionamiento en el mercado laboral será mucho más complejo y sus resultados, probablemente, peores.
En este artículo hemos abordado dos cuestiones claves para aumentar la tasa de éxito de un proyecto o, al menos, reducir al máximo los errores. Estos son: la figura del Project Manager y la importancia de formarse para tener una visión metodológica.
Para finalizar vamos a enumerar seis conceptos fundamentales que forman parte de todo proyecto y que, evidentemente, como Director de Proyectos debes conocer:
En resumen, con una adecuada metodología tendrás en todo momento y en cualquier circunstancia tus proyectos bajo control. Comprueba tú mismo que la gestión de proyectos profesional se basa en organización y sentido común; y que estás en el lugar idóneo donde forjar una carrera profesional exitosa.
Para lograrlo, fórmate con nuestro Máster en Dirección de Proyectos. ¡Potencia tus fortalezas y tu seguridad para dirigir proyectos con confianza y rigurosidad!